martes, 16 de agosto de 2016

Las que nos salvan el culo

En la vorágine de noticias que van pasando en las últimas semana, una de ellas es sin duda los Juegos Olímpicos de Río 2016. Y no sólo por el cúmulo de despropósitos que vienen siendo los juegos en sí, sino también por la nefasta actuación por parte de los deportistas españoles.
Como diría un amigo, todo viene porque hay que partir del fomento del deporte desde las bases, y de aquellos barros, estos lodos. Es decir, si no se ha hecho un esfuerzo en promover el deporte desde todos los ámbitos, no podemos esperar que resulten medallas olímpicas, pues la actuación de los deportistas es más bien modesta. Como comparación odiosa podemos enfrentar los medalleros de España y Australia, bien diferentes. Australia cuenta con una población aproximada de 23 millones de habitantes, frente a los 46 millones de España. Sería pues normal prever que deberíamos tener el doble de medallas que ellos, a ojo. Pues bien, en Londres 2012, Autralia resultó con 35 medallas (7 oros) y España con 17 (3 oros), lo que viene siendo más o menos la mitad.
Y no sólo eso, sino que las menospreciadas deportistas españolas, de las que no se habla más que de cuatro en cuatro años, de las que se destaca más el físico que su trabajo deportivo, son ellas las que están sumando medallas al marcador español. Porque si no fuera por ellas, nos hubiéramos comido un mojón (sí, vale, Nadal tiene un oro, pero las otro cuatro medallas son femeninas). Y aun así, se sigue hablando de las mujeres como algo residual en el deporte español. Y a pesar de su trabajo, parece que lo más importante en los telediarios son las noticias sobre de qué color se ha teñido el pelo tal futbolista (como ya me importa poco el fútbol, encima noticias de mierda sobre la vida privada de los futbolistas; por ahí no, por favor), sobre el último fichaje (o rumor de fichaje) de no se qué equipo de fútbol, o, si no hay noticias porque no hay competiciones, un "careo" entre dos futbolistas rivales con preguntas de lo más triviales sobre su vida.
Esos mal llamados periodistas "deportivos" más bien son periodistas futbolísticos, porque cuando se meten en los pantanos de otros deportes, ni siquiera tienen la más mínima idea de nada, dando noticias llenas de inexactitudes e incluso surrealistas, o bien ni siquiera saben los nombres de los deportistas españoles que están en el top mundial (véase el caso de llamar a Mireia Belmonte como "Mireia del Monte"). Gracias a todas las que no desisten y siguen dando todo su esfuerzo.



PD: Pongo esta versión, primero porque nunca me ha gustado el Dúo Dinámico, segundo porque su canción Quince Años me parece una apología del machismo y la pedofilia, y tercero, porque las películas de Almodóvar tienen un halo especial.

lunes, 15 de agosto de 2016

Los quejicas

Como dicen, en el mundo tiene que haber de todo. Ya alguna vez comenté que todos tenemos nuestra cuota de tontos. Pero igual que hay tontos por el mundo, también hay listos, listillos, sin-alma, pusilánimes, pasivos, alegres, buenrollistas, fieles, almas-libres, y un sinfín de clasificaciones por las que podemos medir a las personas (por supuesto, siempre con filosofía de barra de bar). Y luego, entre todas esas, están los quejicas.
Los quejicas son una raza humana que se basa en que el mundo está contra ellos como premisa fundamental de su filosofía de vida. No importa que sean otras personas, objetos, o el mismo clima. Si algo existe, está para joderles. A esta premisa, que llamaremos básica 1, se une la premisa básica 2, que es: todo lo que existe está mal. Es decir, por bueno que algo pueda parecer, ellos le sacarán siempre alguna pega, algún defecto, que por el método de la hipérbole, llevarán a su máxima expresión en su imaginación, exagerándolo hasta deformar la realidad lo suficiente como para crear una realidad paralela que sólo ellos ven. 
Estas personas crean en su persona un agujero negro de quejas, haciendo que, si permaneces el tiempo suficiente a su lado, acabes viendo defectos donde antes sólo veías buen rollo y cosas chulas. Poco a poco te absorben en su órbita y te resulta más difícil salir de sus obsesiones. Incluso llega un momento que les justificas. Y otro momento en que empiezas a pensar como ellos. Absorben tu energía, y como vampiros que se nutren de la alegría ajena, van poco a poco chupando y chupando hasta que quedas sin energía y sientes que te faltan las energías vitales. Si en algún momento te sientes así, huye, o será demasiado tarde como para deshacerte de ellos. 


viernes, 12 de agosto de 2016

Libertad de expresión

Hace muy poquito se ha generado una (mini)polémica cuando en una fiesta de apoyo al colectivo LGTB se ha pinchado la canción Puto, de Molotov, y ante el malestar de los asistentes, el alcalde ha prometido que se iba a prohibir que esa canción pudiera ponerse de nuevo en sucesivas ocasiones. He aquí la noticia (http://www.eldiario.es/madrid0/Polemica-fiestas-Lavapies-Matarile-maricon_0_546645529.html).
Y la polémica viene de lo que algunos garrulos dicen de que "se esté limitando la libertad de expresión" en pos de la ofensa que puedan sentir algunos por una canción "que no es más que inofensiva, porque no se dirige a violencia concreta contra nadie".
A ver, criaturitas, una canción donde se dice literalmente "matarile al maricón"... ¿no está incitando a la violencia? Que dar matarile no es buscar las llaves en el fondo del mar. Dar matarile es matar, asesinar, torturar hasta la muerte. Y claro, una canción donde se incita a dar muerte a cualquiera que tenga mi condición, pues sí, es incitar a la violencia. ¿Dónde está marcado el límite de la libertad de expresión? Pues bien claro, en el respeto a los derechos de los demás, es de perogrullo. ¿O es que nos parecerían bien canciones que invitaran a pegarle a las mujeres, a la pedofilia, a maltratar animales, o a asesinar políticos? ¿Alguien cree que esas canciones no serían objeto de prohibición cuando no constitutivas de delito? ¿Es que los maricones tienen menos derecho porque es muy gracioso salir a matarlos?
Y me callo que no quiero encenderme más. Ya bastante grave me parece que existan canciones así, como para encima no poder pedir que no se pinchen en fiestas públicas. Manda cojones con los defensores de la libertad de expresión, que luego bien que se afanan en prohibir y pedir la retirada de aquello que les ofende contra sus ideas y moral. Anda a tomar por culo ya. Vivid y dejad vivir en libertad y en paz, y vivid vuestra propia vida sin meteros con la de los demás.



jueves, 11 de agosto de 2016

Otro parón

Hola de nuevo.
Pues sí, yo soy así, a veces tomo las cosas con ganas y otras veces me da pereza escribir. No quiere decir que ya me haya aburrido y lo deje definitivamente, sólo que hay cosas que me ocupan más el tiempo. En este caso, de nuevo, el festival medieval Boda Regia, que me ha tenido unos dos meses en un sinvivir, trabajando por las mañanas y ensayando tardes (y noches enteras). Pero por fin acabó, y después de un par de días de descanso, me permite volver a mi vida "normal", si es que se puede llamar así. Y como siempre, "a Dios pongo de testigo que jamás volveré a" pringarme tanto en esto. Vale, no es muy coherente, año tras año digo lo mismo, pero juro que cada vez me pringo menos. Lo que pasa que este año me han pillado así a traición, y lo que yo pensaba que sería un papelito corto, ha sido más intenso que un café portugués. De hecho, me dije, tengo menos papeles que otros años. ¡¡Pero qué papel el de aquel viernes!! ¡Qué de líneas y líneas de texto! 
Pero bueno, como ya he dicho, ya pasó, y pasará, porque a mi no me vuelven a pillar el próximo año, ni corto ni largo que sea, que se lo queden y se lo lleven por ahí, que yo con mi bastón de mando de alcaldía por dos días tengo bastante. 
En fin, pues espero poder seguir escribiendo, que parece que el verano viene cargadito de noticias y actualidad, así que espero seguir el ritmo para recuperar tiempos perdidos.