viernes, 30 de diciembre de 2016

¡Por fin!

¡Por fin es 30 de diciembre! Me queda media hora de trabajo y no vuelvo hasta el día 9. ¡Hala a la mierda todo! ¡Qué ganas tenía de irme ya por fin y poder descansar y dedicarme a mis asuntos! De momento esta tarde me voy de compras y pendoneo, que ya falta me hace, que pronto me van a tomar por un asocial a base de no hacer nada de lo que hacen las personas normales. Y por normales me refiero a... bueno, a lo que hay, tampoco vamos a pensar ahora sobre la normalidad. 
Bueno, que me lío, que ¡por fin! vacaciones. Y como es hora de mover el culillo, ahí va una canción que para mi es la triunfadora de 2016, ni canción del verano ni pollas en vinagre. CHICFY.


jueves, 29 de diciembre de 2016

"A tospe con la másquina"

Nada, la frasecita simplemente me recuerda a cuando era chico, una de las coñas que tenía con una de mis hermanas. Y es que llevo tiempo queriendo actualizar un poco mi blog, pero como me pasa siempre, hay veces que lo cojo con muchas ganas y quiero escribir y escribir, y otras veces que o bien no tengo ideas o bien no tengo tiempo. Y últimamente he tenido un poco de cada.
Me pongo en situación: mes de noviembre, empezamos a acelerar los ensayos para la obra de teatro que se estrenaba el 3 de diciembre dentro del festival de teatro. Poco a poco las tardes propias se van haciendo más cortas para ir dando paso a ensayos un poquito más largos e intensos. Al mismo tiempo, empezamos a ensayar un poquito más y nuevas canciones para la escuela de música, que el 17 y 20 de diciembre tenemos actuaciones de Navidad. Total, que cada vez menos tiempo por casa, y ya los últimos días faltando a un ensayo para poder ir a otro, escapándome de uno para bajar (o subir) una planta y entrar al otro, en fin, un sin Dios.
Poco a poco, las tardes se convirtieron en salir del trabajo, correr para comer en media hora gracias a la ayuda de mi madre, y salir de casa para no volver hasta las 10 o más. Un día y otro. Y claro, el cansancio se va acumulando, y llega un momento en que lo único que uno desea es que llegue el día 24 para estar tranquilo, a pesar del ruido, de las compras, de lo que sea, todo era más tranquilo. Las tardes de repente se han convertido en tiempo en el que poder salir, comprar, preparar ropa, comida, ¡JUGAR AL ORDENADOR! Ni yo me lo creo.
Ahora, pasados los días de "descanso" de diciembre, retomo la actividad en enero, gracias a mis vacaciones laborales, para preparar clases, materias, inglés, portugués, piano y todo lo que uno ha mandado bien al rincón durante estos últimos días de ocio.