lunes, 23 de noviembre de 2015

The circle of life

Pues se suponía que esta semana, y la pasada, tocaba hablar de los atentados en Francia y de la amenaza terrorista, y del Estado Islámico. Pero sinceramente, es muy  triste y doloroso hablar de estos temas, y además creo que no estoy lo suficientemente informado como para hablar ni opinar nada. Y ya sigo una máxima que me dieron en el cole: si no sabes de un tema, mejor no opines. Así que por adelantado mis disculpas por no tratar del tema.
Así que he pensado que sería bueno hablar sobre The circle of life de otra manera: hablar de mis plantas.
Yo tengo unas cuantas plantitas repartidas por la casa: unos geranios, unos cactus, un par de aloe vera, unas cuantas más de exterior y alguna de interior. En total algo más de 30 plantas llego a contar.
A ver, aquí hacer una puntualización: yo soy un poco descuidado con las plantas. No estoy todo el día encima de ellas (como mi hermana que casi las mima como si fueran un cachorrillo), ni las estoy podando, abonando, trasplantando a cada tiempo (alguna vez lo hago, aunque problablemente no cuando debería). Pero tampoco están abandonadas: se riegan (que de eso se encarga mi chico, porque a mi se me olvidaba algunos días y él se encarga de que por agua no sea... aunque se ahoguen si me descuido), se las expone a la luz (indirecta si lo necesitan así), tienen tierra, abrigo, y si no les gusta el sitio, las cambio si veo que se mustian un poco o se queman por el sol.
Pero aun así, muchas plantas terminan muriendo. Alguna porque el clima de esta zona no les viene bien. Alguna porque se me olvidó regarla (mea culpa y lo asumo). Alguna por exceso de riego (ya he hablado de lo que le gusta a mi chico regar macetas). Alguna por la plaga de pulgón (¡mis pobres rosales!).Y alguna de puro aburrimiento, porque motivo no tenían.
Y aunque a veces siento como que soy un mal "padre" para mis plantas, luego veo a mis hermanas y me dicen que también a veces se les muere alguna (incluso alguna ha aguantado más en mi casa), y mira, me quedo como más tranquilo, porque en el fondo, en eso debe consistir el tener plantas. En cuidarlas hasta que por lo que sea mueran, y entonces compras una nueva y la pones en sustitución. Y así mi conciencia se relaja un poco y disfruta del tiempo en que están bonitas y adornan la casa. Y para mi, ese es el círculo de la vida de la planta de hogar.



miércoles, 18 de noviembre de 2015

El Gordo vuelve

Y nunca mejor dicho: en doble sentido. Vuelvo a escribir. Y vuelve la Lotería de Navidad.
Como todos los años, empiezan los anuncios navideños, empiezan a verse los brillos, los anuncios de colonia y juguetes, los catálogos gordos como una guía de teléfono, los polvorones a la entrada de los supermercados, las calefacciones soporíferas rozando la indecencia, y, por supuesto, el anuncio de la Lotería de Navidad.
En realidad es el único anuncio así interesante que se espera cada año, después de que los anuncios de Freixenet se convirtieran en anodinos y cutres, unos más del montón: donde antes había estrellas de Hollywood y glamour, ahora quedan los actores españoles que salen en la serie de turno. (Si acaso, podemos esperar a ver si los de Campofrío nos sorprenden con ternura un año más, pero es difícil seguir una trayectoria así sin repetirse.)
Y el anuncio de la Lotería (así, sin aditivos al nombre), llega plagado de polémica y un poco de decepción. Primero, porque es más de lo mismo del año pasado: uno que se "olvida" de jugar a la lotería, y la bondad de la gente hace que reciba su premio por ser tan "buena gente". Segundo, porque, dentro de la ternura y lo bonitos que son los dibujos y el escenario elegido, recuerda demasiado al abuelete de Up, y claro, si algo no se perdonan hoy en día son los plagios y las copias. Y tercero, que esto ya no me acabo de aclarar si es verdad o no, y los rumores de Twitter son... son... bueno, más rumores que verdades; al parecer se han alzado voces diciendo que los animadores son suecos, y no españoles.
¿Para mi? Que se dejen ya de tanta ñoñería. Prefiero mil veces el anuncio de Raphael y la Caballé antes que este, por lo menos se sacaba la sonrisa. ¡Y un poquito más de alegría, señores! Que es Navidad, fechas de fiestas, de celebrar, de reunirnos con la gente, de reír, de felicidad, y si te toca la Lotería, de aún más felicidad si cabe. Eso sí, de todos, yo me quedo con el anuncio del calvo, el primero, irrepetible como ninguno.