Pues parece que 2015 acaba ya, que uno no sabe si decir que rápido ha pasado o decir "¡por fin!". La verdad que ha sido un año jodido en muchos aspectos, y nos deja un 2016 abierto en un montón de aspectos. A nivel general ha sido el año de los grandes cambios: de los cambios electorales, de las grandes incógnitas de gobernabilidad para 2016, de la desesperación de unos y de la esperanza de otros, de los grandes cambios en la mentalidad general, y también el año en el que unos tratan de convencernos de la salida de la crisis y yo sólo veo que se ha cambiado el régimen del estado del bienestar para otro que no se sabe muy bien en qué consiste. Es el año de la esperanza. Todos esperamos algo mejor de los años venideros. Un año que para la mayoría ha sido largo y duro. Un año de trámite para muchos. Un año decisivo para otros.
Para mi, ha sido un año de grandes decepciones y de grandes ilusiones. Pero desde luego, ha sido un año que no será olvidado como uno más. Decepciones que es mejor no recordar, y que serán sin duda las que marcarán el "nunca mais" del próximo año; pretendo haber aprendido de la experiencia de 2015 para no cometer los mismos errores en 2016, y, al menos, conseguir las metas que me propongo con más ahínco. Ilusiones porque espero que 2016 me dé todo lo que no he podido completar en los años pasados: más amor, más diversión, más amistad, más dinero, más disfrutar del tiempo y de las cosas. 2016, pórtate bien o te dedicaré esta canción cuando llegue el día 31, tal y como se la dedico a 2015:
