martes, 24 de enero de 2017

Adiós, Bimba

Como no podía ser de otra manera, yo también me uno a la despedida unánime de Bimba Bosé, una tremenda mujer, impresionante no sólo por su carácter, de esos que a través de televisión ya te apabullan y te acongojan, de esas personalidades con las que desearías compartir una charla, también por su físico, que impresionaba aún más, esos rasgos masculinos en lo que llamaban modelo «andrógina», y que no era más que el resultado de un físico espectacularmente atractivo, por aquello de que estaba fuera de toda norma y cánones de lo que «se supone» común. Apabullaban también ese mundo que la rodeaba, el mundo de la cultura, así, en general, pues tanto se la podía relacionar con el mundo de la moda, la música o el cine. Apabullaba por la familia de la que provenía, los Bosé, donde el arte fluye en sus venas.
Supongo que en alguna medida era una desconocida, pues a parte de su faceta pública como modelo y en las apariciones televisivas, no era conocida por su vida privada.
Sin embargo (aparte de los cuatro tontos de siempre que se empeñan en politizar y faltar o exigir respeto según sean contrarios o no a su ideología o pseudoreligión, como el imbécil supino de esta noticia, que además dice ser cristiano, manda huevos, o los twitteros que se valen de su anonimato para soltar mierda en 140 caracteres), tengo la impresión de que era muy apreciada por cuantos la rodeaban y por gran parte del país, por ser un alma libre y que hizo lo que le vino en gana, sin hacer caso a críticas ni a convencionalismos (algo que a muchos nos admira y nos da una envidia sana). Luchó hasta el final e incluso se convirtió en imagen de la lucha contra el cáncer, dando todo para visibilizar esta enfermedad y perder el miedo a nombrarla.
Así que como dice su tío Miguel: buen viaje, Bimba.



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