viernes, 27 de marzo de 2015

Impasse

Siempre me ha fascinado la palabra impasse, así tal cual, tomada del francés, que más que por la traducción literal que se suele hacer como punto muerto (y que aparte de la significación relacionada con la economía y la empresa), que me parece feísima, me gusta por su significación de pausa, de momento de volver sobre nuestros pasos y retomar el camino.
Y supongo que estamos en ese momento. No porque ahora vengan las vacaciones de Semana Santa, que también, y que me darán un respiro (o eso espero) tanto del trabajo como de las clases. Me refiero a que tengo esa sensación en general con todo. Ahora también estamos en un impasse electoral, entre los resultados de las elecciones andaluzas y las que se nos vienen encima, tanto locales como autonómicas, y más adelante de nuevo otro impasse veraniego para nuevas elecciones. Un impasse también en el año académico, en el que después de la semana que viene se acerca la recta final para los exámenes. Un impasse en las oposiciones, que ya las tengo a la vuelta de la esquina y para los que estoy tomando el aliento que puedo, ya que luego sólo me quedará correr como un loco. Este impasse es el que más me preocupa, pero no porque los otros no sean importantes, sino porque es quizá el único que decidirá algo mi futuro. Porque sinceramente espero poco de los cambios políticos que se puedan producir no sólo en este año, sino en un corto plazo de tiempo.
Supongo que uno poco a poco va teniendo menos fe en la humanidad, o al menos en que la gente sea razonable y sensata. Pero parece que últimamente todo el mundo se va radicalizando, haciéndose más extremista y volviendo 50 años atrás en el tiempo. 
Mientras tanto, disfrutaremos este impasse con una buena música, una sidra y en compañía de quien nos haga feliz.





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