lunes, 3 de octubre de 2016

Me gustan los líos

Y no me refiero a los líos como sinónimo de problemas, sino que me gusta liarme en mi vida, en general. Y es que no hay actividad en la que diga "creo que paso". Se presenta una oportunidad y en seguida estoy pensando en cómo podría encajarla en mi vida, ya sea el coleccionar algo o, como en este caso, el realizar una actividad más. Como si ya tuviera poco con lo que tengo (que no sé de dónde voy a sacar el tiempo), ahora estoy planteándome si empezar a estudiar clarinete.
Vale, es un poco extraño, lo sé. De hecho, hasta hace no mucho no me había planteado añadir más instrumentos musicales a mi currículum, pero sí que me apetecería estudiar cello, porque me parece un sonido precioso, tan suave, tan cautivador, que es imposible negarse a sus encantos. Pero en vista de que no hay posibilidades de estudiarlo aquí, y de momento es imposible desplazarme para recibir clases fuera, no tengo si no que renunciar temporalmente a disfrutar y sufrir con el cello. Y en vista de que este año mi escuela de música amplía su oferta, el clarinete no me parece una mala opción. Sin duda, mucho mejor para mi que una trompeta o un saxo, y eligiendo entre flauta y clarinete... creo que la opción es clara, la flauta me produciría dolores de cabeza con los agudos y no me veo tocando de medio lado (con perdón por mi desconocimiento, pero la postura me parece harto incómoda). 
Así estoy ahora, debatiéndome en si tirarme a la piscina y liarme más, o hacer caso a mi cabeza y a la cordura y renunciar a esta oportunidad. ¿Quién dijo miedo?



No hay comentarios:

Publicar un comentario