lunes, 7 de marzo de 2016

Vida y muerte

Hace un tres días nacía el segundo hijo de un amigo. Hace dos fallecía el padre de otro. Tras la alegría moderada en el primer paso y el shock en el segundo, uno se plantea las cosas con cierta perspectiva. Lo trivial del día a día adquiere menos importancia. y uno pasa a pensar si las pequeñas preocupaciones del día a día son realmente importantes, si no estamos preocupándonos de idioteces sin sentido que no van a ningún lado, y si lo que realmente importa, que son las personas y el amor, lo estamos dejando a un lado.
Después del shock de ver derrumbado a uno de mis mejores amigos, puedo decir que efectivamente, hay ciertas obsesiones que no merecen la pena, y que es mejor olvidar para centrarse en ser felices y disfrutar con los que nos rodean.
Me decía una compañera de trabajo que en mi edad (34 años) uno tiene la vida y la muerte más cerca que nunca por primera vez, cuando empiezas a ver cómo tus amigos tienen ya hijos y también cómo van muriendo sus padres, de modo que empiezas a asistir a nacimientos y bautizos y a funerales. 
Supongo que es el ciclo de la vida, pero cuesta acostumbrarse. Mientras tanto, tengo claro que yo seguiré aquí, intentando disfrutar de los míos y de la amistad y el amor. 



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