No es que me encuentre mal, simplemente es que llevo unos días que no me apetece ver a nadie, me apetece estar en soledad, en silencio conmigo mismo. Meterme en mi habitación a hacer mis tareas, jugar al ordenador en silencio, simplemente dejar que el tiempo transcurra por mis venas, me traspase y me tranquilice. Que el tiempo me acune y me reconforte.
Puede que todo esto no sea más que una consecuencia de los días mortecinos que están pasando, o del hartazgo de tener que tratar diariamente con personas, que poco o nada me interesan sus conversaciones y sus problemas. Ahora me interesa centrarme en los míos, centrarme en mí. Y no, no estoy deprimido, simplemente necesitaría un año para dedicármelo a mirar en mi interior y volver a ser aquel que era, con sus intereses, su cabeza en su sitio y su felicidad innata.
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