lunes, 25 de enero de 2016

El patio del recreo

Pues tal cual parece últimamente la política en España. Parece como si hubiéramos soltado a unos niños de 7 años y los hubiéramos puesto a gobernar el país: que si tengo que gobernar yo que para eso he ganado (¿ganar? ¿con el 28% de los votos?), que si mejor gobierno yo que soy el cambio (¿como si cambiar fuera más de lo mismo?), que si las fuerzas de izquierdas tenemos que cambiar el país (esto ya no lo cambia ni Perry), que si las fuerzas constitucionales debemos hacer frente al nacionalismo (como si no hubiera problemas más graves que solucionar), y así todo el día. Perlas como estas son las que hay que entender cada día, que si bien no se dicen directamente la mayoría de ellas, sí que se van dejando caer como miguitas de pan por si viene un pajarillo y le da por comer. Y claro, con el panorama que resultó tras las elecciones, es un poco difícil que nadie llegue a un acerdo.

  • El PP porque quiere que le apoyen sin ceder nada; simplemente argumentando que es el partido más votado parece que es suficiente como para reclamar apoyos, obviando que ha ido encabronando a toda la oposición, y al 70% de los españoles que han votado a otros partidos. 
  • El PSOE porque ve el poder al alcance de la mano y no sabe cómo cogerlo sin delatarse; eso de dejar gobernar al PP como que no le convence, porque sería reconocer una derrota y aliarse con el inmovilismo; lo de gobernar con Podemos sería colocarse en el disparadero de las críticas y ceder en políticas "de estado", además de meter al enemigo en casa. 
  • Podemos quiere llegar al poder, y parece que vamos cambiando el discurso en función de los intereses personales y de lo que no nos dieron las urnas; es difícil conjugar el ideario y el afán de poder. 
  • Ciudadanos, que parece que no sabe qué hacer porque cualquier opción parece perjudicarles cara a un futuro. Y así sigue la rueda, dando vueltas, y donde sólo parece valer eso del "si no gobernamos, es por culpa de los otros", nunca culpa de la propia ineptitud para negociar.

Y así amigos es como se desgobierna un país. Y lo peor es que aún no se han dado cuenta que en unas elecciones el resultado parece que sería el mismo. Es decir, cuando hablamos del mandato de los españoles, parece claro que esta vez el mandato de los españoles es claro: queremos que se sienten y se pongan de acuerdo en los temas que nos importan, y dejen al margen rencores, rencillas y absurdeces varias.



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